Convergencia de las Culturas

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Convergencia de las Culturas es un organismo que se propone promover la convergencia de las diversas culturas vivientes, hacia una cultura de la no-violencia que pueda conducir a la constitución de la Nación Humana Universal. Convergencia de las Culturas forma parte de la corriente de pensamiento conocida como Nuevo Humanismo o Humanismo Universalista. Éste se encuentra expuesto en la obra de Silo y en la de los diversos autores que en ella se inspiraron.

Mundialización y Globalización

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En la sociedad actual la convivencia entre diferentes culturas es un hecho cotidiano. Pero lo extraordinario de este momento histórico es que se trata de un momento de mundialización en donde todas las culturas se acercan y se influyen mutuamente, como nunca antes había sucedido.

Es importante distinguir entre este proceso de mundialización creciente y la globalización. La tan mentada globalización no es sino el tradicional comportamiento que han impulsado los centros imperiales. Como ha sucedido reiteradamente en la historia, estos imperios se instalan, se desarrollan y hacen girar a su alrededor a otros pueblos tratando de imponer su lengua, sus costumbres, su vestimenta, su alimentación y todos sus códigos.

Finalmente esas estructuras imperialistas terminan generando violencia y caos, producto de su ingenuo atropello y la confrontación cultural.

Hoy es necesaria la formación de ámbitos donde se rescaten las ideas, las creencias y las actitudes humanistas de cada cultura que, más allá de toda diferencia, se encuentran en el corazón de los diferentes pueblos e individuos.

En términos generales la Convergencia de las Culturas se propone facilitar y estimular el diálogo entre las culturas, luchar contra la discriminación y la violencia y llevar su propuesta a todas las latitudes.

Para todo ello organiza encuentros y ámbitos de intercambio entre las personas de diferentes culturas. No sólo con la intención de hacer conocer las propias culturas, sus inquietudes y aspiraciones, sino también para que ese intercambio permita un diálogo verdadero orientado hacia la búsqueda de puntos comunes.

El diálogo entre culturas se establece sobre lo que las hace semejantes: sobre la actitud humanista universal que caracterizó a los momentos humanistas de todas y cada una de ellas; sobre los factores que hicieron desaparecer los momentos humanistas en su historia; sobre las condiciones que hoy serían necesarias para que estos momentos se expresen nuevamente, incluso perfeccionados; sobre el reconocimiento de las actitudes antihumanistas de individuos y sociedades que se manifiestan como discriminación y violencia.